Grandes potencias se disputan la hegemonía del 5G
Llevamos muchos artículos hablando sobre el 5G. Que se alcance su máximo potencial es cuestión de tiempo. Estamos hablando de velocidades instantáneas, de inteligencia artificial, realidad virtual, la expansión del Internet de las Cosas… En definitiva, estamos hablando de hiperconectividad. La sociedad de la información va a dar un nuevo salto que va a traer nuevas oportunidades de negocio.
El despliegue de redes 5G está poniendo sobre la mesa la competitividad geopolítica que existe por el control de las nuevas tecnologías. Se trata de un despliegue en el que las grandes potencias se juegan mucho. Para la UE supone millones de puestos de trabajo y una inversión que ronda el billón de euros adicionales al PIB. Estados Unidos y China ya han empezado la guerra por la supremacía tecnológica. Una guerra disfrazada de comercial que esconde la realidad del 5G: una revolución tecnológica que transformará la sociedad y la economía tal y como la conocemos. Una nueva guerra mundial ya está aquí.
Esta carrera no sólo afecta a la economía de las potencias, sino también se trata de una cuestión de seguridad nacional. Ganar esta competición también supone conseguir la supremacía militar que controle las comunicaciones y los datos a nivel mundial. ¿Cómo está atacando EEUU a China? Aplicando prácticas proteccionistas. Primero fue el veto a sus redes y después a los móviles del fabricante asiático Huawei. Google anunció que dejaría de dar soporte y sistema operativo Android al fabricante.
¿Por qué Huawei está en el punto de mira de EEUU?
Estados Unidos no tiene ninguna gran empresa que esté al mismo nivel de Huawei, que es la que más contribuciones técnicas está haciendo a la tecnología 5G, lo que se traduce en más patentes registradas. Nokia y Ericcson intentan seguirle el ritmo sin tanto éxito, lo que está poniendo muy nervioso al gobierno estadunidense. Si las amenazas de Trump son ciertas, el veto convertiría a millones de dispositivos en carcasas vacías, un duro golpe para Huawai que ya está viendo sus vengas en EEUU caer en picado.
¿Quién va ganando?
China lleva al menos dos años de adelanto con respecto a las demás potencias. ¿Están sirviendo los aranceles de Trump? El plan de China incluye el desarrollo de chips de procesamiento y de memoria propios, para poder esquivar los vetos estadounidenses de empresas como Intel o Western Digital. Al final, las empresas chinas podrán pasar una mala época, pero está claro que les llevan ventaja a las empresas americanas y esto puede acabar destronándolas.
Un acuerdo podría ser la solución, sobre todo teniendo en cuenta que entre ambas potencias se mueve un flujo de 2000 millones de dólares al día. Un flujo en el que se ven implicados el resto de países. Ya desde la presidencia de Obama, se ha intentado sellar un acuerdo sin éxito. Por ahora las conversaciones no han avanzado hacia una alianza. Cada nuevo acercamiento a desembocado en nuevas amenazas y aranceles. China sigue sacando cada vez más ventaja a EEUU, lo que le otorga superioridad en la negociación, lo que pone cada vez más nervioso a Trump.
Los últimos aranceles entraron en vigor a principios de septiembre de 2019. EEUU añadió un 15% adicional en aranceles que recayeron sobre miles de millones de dólares en productos chinos importados, que hasta ahora habían escapado de las restricciones. Por su parte China, ha añadido entre el 5 y el 10% más de aranceles a productos estadounidenses valorados en más de 75.000 millones de dólares.
Los chinos están lejos de sucumbir a las amenazas y negociar bajo coacción. El acuerdo cada vez está más lejos y la guerra comercial está ralentizando la expansión de la economía a nivel mundial. La incertidumbre empieza a afectar a empresas y países que ven como la desconfianza de los consumidores hacen mella en los beneficios.
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